Este escenario se presenta a pesar de las promesas realizadas por la exministra de Educación, Miriam Ponce, quien hace ocho meses aseguró que se gestionaría un presupuesto adicional para garantizar la continuidad de los contratos hasta diciembre. Sin embargo, la tramitación burocrática ha retrasado la habilitación legal necesaria para el uso del presupuesto destinado a estos contratos, creando incertidumbre sobre la estabilidad laboral de estos profesionales.
La cifra de psicólogos contratados, aunque significativa, representa solo el dos por ciento del personal necesario para cubrir las necesidades de los más de cincuenta mil colegios en todo el país. Este déficit crítico en recursos humanos no solo afecta la disponibilidad de atención psicológica en las escuelas, sino que también contribuye a un aumento preocupante de casos de violencia social y escolar, según el decano.
Vallejos destacó que, además de los problemas presupuestarios, existe una falta de voluntad política y conciencia sobre la importancia de la salud mental en las instituciones educativas. Este desinterés institucional agrava la crisis, especialmente en un contexto postpandemia en el que los problemas de salud mental entre los estudiantes han crecido considerablemente.
El Colegio de Psicólogos del Perú y otras organizaciones del sector han instado al Ministerio de Economía y al Congreso a tomar medidas urgentes para asegurar la continuidad laboral de los psicólogos escolares y, con ello, proteger el bienestar emocional y psicológico de miles de estudiantes en todo el país.
En el Perú, hay más de 60,000 psicólogos colegiados, y alrededor de 120,000 estudiantes de psicología están próximos a graduarse. El problema, entonces, no es la falta de profesionales, sino la inacción de las autoridades competentes, que pone en peligro el desarrollo integral de los estudiantes y la paz social en las comunidades educativas.
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