
Patrones históricos y acumulación de energía sísmica
El director del CSN, Sergio Barrientos, explicó que este cálculo se basa en patrones históricos de actividad sísmica en Chile, donde los terremotos de magnitud 8 ocurren en promedio cada 12 años. El último evento de este tipo se registró en 2015 en Coquimbo, con una magnitud de 8.4, por lo que las probabilidades de uno nuevo aumentan con el paso del tiempo.Por su parte, Hernando Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), señaló que, de producirse un terremoto de gran magnitud en el norte chileno, el movimiento sísmico se sentiría en el sur del Perú, donde también existe una acumulación de energía sísmica. Esta acumulación se da en el borde occidental de América del Sur, una zona altamente sísmica donde convergen las placas de Nazca y Sudamericana.
Posibilidad de tsunamis y medidas preventivas
Uno de los aspectos más preocupantes de un terremoto de magnitud 8 o superior en la región es la posibilidad de que genere un tsunami. Barrientos recordó que no todos los terremotos de gran magnitud producen un maremoto, ya que esto depende de la ubicación y profundidad del epicentro. Los terremotos de magnitud superior a 7.5 u 8, ocurridos cerca de la costa o en el fondo marino, son los que tienen mayor probabilidad de generar un tsunami.Eventos pasados, como el terremoto de 2010 en Chile, de magnitud 8.8, provocaron un tsunami que afectó a varias localidades costeras. En contraste, un sismo de magnitud 8 registrado en 1939 cerca de Chillán, a 120 kilómetros de profundidad, no generó un maremoto significativo.
En el caso del Perú, Tavera indicó que, si un terremoto de gran magnitud se produjera en la costa peruana, su impacto en Chile sería menor debido a la distancia. De igual forma, si el epicentro estuviera en Chile, el sacudimiento del suelo llegaría al sur del Perú, aunque con menor intensidad que en el país vecino.
Actividad sísmica reciente y antecedentes históricos
El reciente aumento de la actividad sísmica en el norte de Chile ha llamado la atención de expertos y autoridades. En solo un día, se registraron más de 10 temblores, algunos por encima de los 4 grados, y el más fuerte alcanzó 6.0 Mww en Sierra Gorda. Este fenómeno llevó a algunos especialistas a comparar la situación con la registrada en Valdivia en 1960, cuando el norte de Chile experimentó una serie de temblores previos al gran terremoto de 9.5, uno de los más fuertes jamás registrados en el mundo.Según el geógrafo Pablo Salucci, estos eventos sísmicos deben analizarse en el contexto del historial sísmico de la región. Indicó que en el norte de Chile han ocurrido terremotos importantes en 1868, 1877 y 1922, todos con magnitudes cercanas o superiores a 8.5.
Chile está localizado en la zona suroriental del cinturón de fuego del Pacífico, la zona más sísmica del mundo. Esta área es responsable de aproximadamente el 90% de los terremotos globales y alberga más del 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo.
Preparación y medidas de prevención
La comunidad científica coincide en que es imposible predecir con exactitud la fecha y magnitud de un terremoto, pero las evidencias apuntan a que la región del Pacífico Sur se encuentra en una fase de acumulación de esfuerzos tectónicos. Los expertos recomiendan a la población y autoridades fortalecer las medidas de prevención y respuesta ante sismos, ya que los antecedentes históricos demuestran que estos eventos son inevitables.En el Perú, el IGP ha identificado una zona de 400 kilómetros frente a la costa central que no ha liberado energía en los últimos años, lo que sugiere la posibilidad de un megaterremoto con una magnitud superior a 8.5. En el sur del país, entre Moquegua y Tacna, también se ha detectado una acumulación de energía sísmica, aunque en una zona más pequeña. Según Tavera, esto podría dar origen a un terremoto de 8 grados, de características similares al que se prevé en el norte de Chile.
Ante esta situación, es fundamental que las autoridades y la población en general mantengan una cultura de prevención y estén preparados para actuar en caso de un evento sísmico de gran magnitud. La implementación de planes de evacuación, la construcción de infraestructuras sismorresistentes y la educación en medidas de seguridad son esenciales para mitigar los efectos de un posible terremoto en la región.
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