
Investigadores califican a los teléfonos inteligentes como verdaderos parásitos tecnológicos. Un reciente estudio de la Universidad Nacional de Australia, publicado en la revista Australasian Journal of Philosophy, describe a los teléfonos inteligentes como auténticos parásitos de la vida moderna. Según los investigadores, la relación cotidiana que millones de personas mantienen con sus dispositivos móviles presenta similitudes con los vínculos parasitarios, en los que una de las partes se beneficia a costa de la otra.
En paralelo al debate sobre el impacto de la tecnología en la salud mental y el rendimiento académico, el Congreso de la República aprobó una ley que regula el uso de celulares en las instituciones educativas públicas y privadas de nivel primaria y secundaria. La norma fue respaldada por mayoría en el legislativo.
La medida coincide con las conclusiones de la investigación australiana, que advierte que los teléfonos inteligentes funcionan como "parásitos de la era moderna". La profesora Rachael Brown, autora del estudio, afirma que estos dispositivos absorben la atención, el tiempo y los datos personales de sus usuarios, hasta el punto de volverlos dependientes en su vida diaria.
Restricción para escolares: aulas sin pantallas
El dictamen aprobado en el Congreso establece que todas las instituciones educativas del país deberán implementar restricciones al uso de celulares dentro de las aulas. La autora de la iniciativa legislativa, la congresista Milagros Jáuregui Martínez de Aguayo (Renovación Popular), explicó que el objetivo es reducir distracciones, mejorar la concentración y prevenir el acceso a contenido inadecuado o casos de ciberacoso."La escuela debe ser un espacio libre de interrupciones digitales", declaró la legisladora, respaldada por bancadas como Perú Libre, Avanza País y Juntos por el Perú.
Investigación advierte relación parasitaria con los celulares
El estudio australiano, publicado en la revista Australasian Journal of Philosophy, indica que, más allá de sus funciones útiles, los smartphones han sido diseñados para retener al usuario en la pantalla. "Aplicaciones que apelan al escándalo, la ansiedad o la recompensa inmediata nos mantienen enganchados, lo que beneficia a las plataformas tecnológicas", indicó la profesora Brown.Según el análisis, esta dinámica se asemeja a la relación entre un huésped y un parásito: mientras el usuario cede su atención y privacidad, las empresas obtienen lucro a través de clics y datos. Los investigadores advierten que esta situación afecta la salud mental y el comportamiento social, especialmente en menores de edad.
Impacto en la salud y el aprendizaje
Entre los efectos documentados por la comunidad científica figuran el deterioro de la memoria, pérdida de sueño, aumento del estrés, ansiedad y dificultades de autocontrol. En el caso de escolares, la exposición prolongada a pantallas puede afectar el desarrollo cognitivo y reducir su desempeño académico.Estas conclusiones sustentan, de manera indirecta, los argumentos de quienes respaldan la nueva norma. Legisladores como Hilda Portero (Acción Popular) y Alejandro Muñante (Renovación Popular) coincidieron en que la medida es necesaria para proteger el entorno educativo. "La tecnología puede ser útil, pero su uso debe ser supervisado", dijo Portero.
Un entorno educativo bajo nuevas reglas
La regulación aprobada será implementada conforme a lineamientos del Ministerio de Educación, que deberá emitir un reglamento con criterios específicos. Se espera que los colegios adopten estrategias que limiten el uso del celular en horario escolar sin obstaculizar actividades pedagógicas planificadas.El reto será encontrar un equilibrio que permita a los estudiantes usar la tecnología con fines educativos sin caer en la dependencia digital. Desde el Congreso se ha insistido en que esta medida no prohíbe el uso de celulares, sino que busca ordenar su presencia en las aulas.
¿Es posible una convivencia saludable con los celulares?
La profesora Brown concluye su estudio con una advertencia y una esperanza: "La evolución demuestra que las especies que detectan la explotación y responden sobreviven. Es posible restablecer una relación funcional con los dispositivos, pero depende de nosotros".En línea con este enfoque, los especialistas recomiendan prácticas como desactivar notificaciones, fijar horarios para el uso del celular, evitar las pantallas antes de dormir y fomentar actividades al aire libre. En el caso de menores, la supervisión familiar y escolar será clave para evitar una dependencia que, según la ciencia, ya no es metafórica: los celulares están diseñados para dominarnos.
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