
Desde el inicio del calendario republicano contemporáneo, la denominación del año cumple una función normativa y simbólica. No se trata de un recurso discursivo, sino de una disposición administrativa que ordena el uso institucional del nombre asignado en resoluciones, oficios, contratos, informes y comunicaciones oficiales emitidas durante el periodo anual correspondiente.
Publicación del nombre oficial del año 2026
De acuerdo con el procedimiento habitual, la norma que establecerá el nombre oficial del año 2026 será difundida en los primeros días de enero. La disposición será aprobada por el Consejo de Ministros y refrendada por la Presidencia del Consejo de Ministros, antes de su publicación formal en El Peruano, donde adquiere validez legal y obligatoriedad administrativa.Este mecanismo se ha sostenido de manera ininterrumpida, independientemente del gobierno de turno, y responde a criterios definidos por el Ejecutivo, que suelen vincular la denominación con prioridades de política pública, coyuntura económica, social o institucional del país.
Alcance administrativo de la denominación anual
La denominación del año no modifica derechos ni crea obligaciones adicionales, pero sí establece un marco común de identificación institucional. Todas las dependencias del sector público deben incorporar el nombre oficial del año en su documentación interna y externa, incluyendo ministerios, gobiernos regionales, municipalidades, organismos autónomos y entidades adscritas.En el ámbito privado, su uso no es exigible, aunque algunas empresas, asociaciones civiles y centros educativos optan por adoptarlo como referencia formal en comunicaciones o documentos administrativos.
Antecedentes normativos
Como referencia reciente, el Decreto Supremo N° 149-2024-PCM estableció la denominación del año 2019 como “Año de la recuperación y consolidación de la economía peruana”. Esta disposición, al igual que las anteriores, fue publicada en El Peruano y aplicada de manera obligatoria en todo el aparato estatal durante el periodo correspondiente.La próxima norma que definirá el nombre oficial del año 2026 seguirá ese mismo esquema legal. Una vez publicada, entrará en vigencia inmediata y su uso será exigible desde el primer día del año calendario.
Mientras se espera el anuncio oficial, las entidades públicas continúan operando bajo la denominación vigente hasta el cierre del año, a la espera de la nueva disposición que marcará el inicio formal del periodo administrativo 2026.




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