
El costo de estudiar en esta escuela es de 40.000 dólares anuales, y actualmente cuenta con 16 campus distribuidos en distintos estados de Estados Unidos. La propuesta educativa fue fundada por MacKenzie Price en 2014 con el objetivo de fusionar la tecnología con el desarrollo humano, priorizando la personalización del aprendizaje y la autonomía de cada alumno.
Aprendizaje personalizado impulsado por algoritmos
Durante las primeras horas del día, los estudiantes trabajan con plataformas de IA educativa que diseñan programas de estudio individuales en materias como matemáticas, lectura y ciencias. Cada sistema analiza el progreso del estudiante y ajusta automáticamente el nivel de dificultad, el ritmo de avance y los ejercicios que se presentan. Este método, según la escuela, busca evitar los desfases de aprendizaje que suelen producirse en aulas tradicionales donde todos los alumnos avanzan al mismo ritmo.Los adultos encargados de las aulas no son docentes convencionales, sino "guías" que acompañan y motivan a los estudiantes en su desarrollo. Luke Phillips, uno de estos guías, explicó que "no se trata de reemplazar al maestro con una máquina, sino de crear una alianza entre tecnología y acompañamiento humano". Sus funciones están centradas en la orientación emocional, la gestión del tiempo y el fortalecimiento de habilidades interpersonales.
Una jornada dividida entre tecnología y práctica
Por las tardes, el enfoque cambia hacia la práctica. Los alumnos desarrollan proyectos personales, reciben clases de educación financiera y participan en talleres de oratoria y liderazgo. Según su fundadora, esta combinación permite que cada estudiante "aprenda a su propio ritmo y construya confianza en sus capacidades".El modelo se basa en la premisa de que la IA puede liberar tiempo a los mentores, quienes se concentran en guiar el desarrollo integral del estudiante. "Nuestros guías no enseñan contenidos, sino que se conectan con los estudiantes de manera individual cada semana", afirmó Price en declaraciones difundidas por CBS.
Resultados y controversias
Alpha School asegura que sus alumnos se ubican entre el 1 % superior en pruebas estandarizadas a nivel nacional. Sin embargo, esta afirmación ha sido recibida con cautela por parte de especialistas y organizaciones docentes. La Federación Estadounidense de Maestros expresó su preocupación ante la posibilidad de que una educación basada casi totalmente en algoritmos limite el desarrollo emocional y social de los niños.Randi Weingarten, presidenta del sindicato, sostuvo que "los estudiantes y nuestro país necesitan relacionarse con otros seres humanos". Añadió que una escuela donde la interacción se sustituye por inteligencia artificial contradice la esencia del aprendizaje como práctica social.
Expertos en psicología educativa advierten además que la exposición constante a programas automatizados podría reducir la capacidad de los estudiantes para enfrentar la incertidumbre y resolver conflictos en grupo, habilidades consideradas esenciales para la vida adulta. También se cuestiona la falta de estudios longitudinales que validen los resultados del modelo en el largo plazo.
Una visión que divide opiniones
Para sus defensores, Alpha School encarna una alternativa frente a un sistema educativo tradicional que muchas veces no logra adaptarse a la diversidad de estilos de aprendizaje. Para sus críticos, es una muestra de cómo la tecnología puede desplazar el valor del vínculo humano en las aulas.MacKenzie Price sostiene que el propósito de su proyecto no es eliminar al docente, sino "repensar cómo la tecnología puede humanizar la educación". En su opinión, la IA no sustituye la conexión humana, sino que permite que los guías se concentren en el acompañamiento emocional y el desarrollo personal.
En medio de un sistema público estadounidense caracterizado por aulas saturadas y currículos estandarizados, el modelo de Alpha School se presenta como una experiencia radical que desafía los límites entre la enseñanza y la automatización. Mientras algunos ven en ella una herramienta para modernizar la educación, otros temen que el aprendizaje se convierta en un proceso cada vez más solitario y mecanizado.




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