
En su discurso, ofrecido en la presentación del nuevo jefe de la Policía Nacional, Óscar Arriola, Boluarte señaló que los jóvenes que acuden a las movilizaciones son manipulados por exfuncionarios y dirigentes que "nunca ganaron una elección" y que, según dijo, "vivieron del Estado sin aportar". "No vamos a permitir que algunos grupitos ensayados, dirigidos por aquellos que odian la patria, vayan a traer atrás esa confianza que nos ha costado ganar", sostuvo.
Críticas a los jóvenes manifestantes
La jefa del Ejecutivo enfatizó que no existen justificaciones para que los estudiantes permanezcan en lo que calificó como un "concepto de resentimiento" que los convertiría en "ninis", aludiendo a quienes "ni estudian ni trabajan". "No hagan caso a aquellos que nunca han trabajado, pero vivían cómodamente del Estado", declaró. Además, instó a la población a no salir a las calles con mensajes negativos: "No salgan a dar un mal ejemplo a sus hijos, hermanos y vecinos".Las declaraciones ocurren en medio de protestas iniciadas el 20 de septiembre en distintas ciudades, donde miles de personas han expresado su rechazo a las condiciones de vida y a la gestión gubernamental. Durante la última jornada se registraron ocho heridos, lo que evidencia la tensión que atraviesa el país en un contexto de elevada desaprobación hacia la presidenta.
Llamado al diálogo y rechazo a la violencia
Boluarte subrayó que su administración mantiene la disposición para conversar con quienes planteen demandas de manera formal. "Si tienen una plataforma de reclamo al Gobierno aquí estamos para conversar, pero no salgan a destrozar los bienes privados y públicos", dijo. También reiteró que, según su versión, el Ejecutivo "jamás ha negado el diálogo a absolutamente nadie".Al mismo tiempo, la mandataria pidió unidad frente a la crisis social: "Unámonos en ese abrazo blanquirrojo que nos tiene que tener con orgullo y dignidad". Sin embargo, sus palabras no han reducido las críticas, pues los manifestantes insisten en exigir su renuncia y el cierre del Congreso, consignas que se repiten en pancartas y cánticos durante las marchas.
Boluarte descarta renunciar
En relación con esos pedidos, la presidenta descartó de manera tajante dimitir al cargo. "Hay algunos líderes por ahí que dicen justicia social, hay que salir a las calles a reclamar y a protestar. Pero, ¿qué ponen en su plataforma de lucha? Cierren el Congreso, renuncia Dina Boluarte, y no sé qué de cosas más. Esa no es una justicia social, esa es una plataforma política que yo no puedo resolver", afirmó.También criticó lo que llamó "cultura de odio" y acusó a determinados sectores de promover la anarquía y el desorden. "Yo soy una mujer demócrata y afianzaremos nuestra democracia y por eso no voy a renunciar", sentenció en su intervención.
Contexto político y social
El pronunciamiento de Boluarte ocurre en un escenario marcado por un alto nivel de desaprobación hacia su gobierno. Según el último sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), difundido en septiembre, un 93 % de la población rechaza su gestión. Esta cifra refleja una continuidad en las tendencias negativas de los últimos doce meses, en los que la mandataria ha mantenido índices superiores al 90 % de desaprobación.Las movilizaciones se enmarcan además en una crisis política prolongada, donde el Congreso mantiene también bajos niveles de confianza ciudadana. La combinación de descontento social, demandas económicas y la percepción de falta de representatividad ha intensificado la conflictividad en varias regiones.
Reacciones y perspectivas
Diversos analistas advierten que las expresiones de la mandataria pueden tensar aún más la relación con sectores juveniles y sindicales, que ya consideran al Ejecutivo distante de las demandas ciudadanas. Para algunos especialistas, al descalificar a los manifestantes como personas que "no trabajan" o que son "ninis", el gobierno podría perder oportunidades de abrir canales de entendimiento más efectivos.Pese a la firmeza de sus declaraciones, la presidenta reiteró que mantendrá el diálogo abierto para los sectores que quieran presentar reclamos sin violencia. Sin embargo, el ambiente social y político continúa frágil, con marchas programadas en distintas regiones y con la desaprobación ciudadana en niveles históricos para un jefe de Estado en ejercicio en Perú.
La crisis, lejos de disiparse, parece encaminarse a nuevos episodios de confrontación entre el Ejecutivo y la población, en un escenario donde la gobernabilidad enfrenta serias dificultades. Mientras tanto, las protestas en Perú siguen mostrando el descontento de amplios sectores frente a las políticas y al estilo de conducción de Dina Boluarte.




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