
Vexler, también exdocente de aula, defendió enfáticamente el carácter autónomo y voluntario de la Derrama Magisterial, señalando que opera bajo estricta supervisión de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). Según informa RCR, el exministro resaltó que la Derrama no solo ha funcionado correctamente, sino que brinda beneficios tangibles a sus socios, tales como descuentos en librerías, programas de capacitación y préstamos con retorno. Mencionó, además, un reciente homenaje a docentes cesantes, quienes recibieron importantes montos por sus aportes, con intereses incluidos, en contraste con beneficios estatales aún pendientes.
"No existe ninguna razón objetiva ni técnica para intervenir en una institución previsional que ha demostrado ser útil, eficiente y bien administrada", sostuvo Vexler, al tiempo que exhortó a la Comisión de Economía y al pleno del Congreso a rechazar iniciativas que podrían desestabilizar la entidad, motivadas -según dijo- por una intención ideológica de redistribución.
Sin embargo, en el otro extremo del debate, el congresista Flavio Cruz Mamani y su colega Víctor Cutipa Tello han levantado severas críticas sobre el funcionamiento de la Derrama. En declaraciones recogidas por diversos medios, el congresista Tello denunció que la institución "maneja mensualmente siete millones de soles en aportes de los maestros", y cuestionó los elevados intereses que deben pagar los docentes por préstamos, llegando incluso a duplicar el monto solicitado. Asimismo, denunció presuntas irregularidades en el uso de propiedades de la Derrama, como el ex Hotel Tacna, donde según dijo, los maestros deben reservar con anticipación y no tienen prioridad de uso.
Tello también criticó la falta de transparencia en el manejo financiero del directorio de la Derrama, señalando que los gastos mensuales ascienden a 50 mil soles sin una rendición de cuentas clara al magisterio. "Muchos docentes no saben a dónde va el dinero que aportan cada mes. Hay quienes reciben apenas el 25% de los intereses cuando se jubilan, lo cual no es justo", añadió.
De acuerdo al reportaje de Semana Económica, la situación interna de la Derrama también enfrenta dificultades. La entidad, que administra fondos previsionales de más de 250 mil maestros, atraviesa una etapa de reestructuración. Sus unidades de negocio, como hoteles, inmobiliarias y la cadena Librerías Crisol, no están generando la rentabilidad esperada. El medio reportó que la utilidad neta de estos negocios se ha reducido en un 78% entre 2018 y 2024, pese al incremento de ingresos. El negocio de créditos, principal fuente de ingresos de la Derrama, también se ha visto afectado por el aumento de la competencia bancaria y la creciente morosidad.
Además, se ha reportado una alta rotación en cargos directivos clave y una reconfiguración en el directorio, dominado en su mayoría por representantes del Sutep, sindicato históricamente vinculado al Partido Comunista del Perú - Patria Roja. Esta situación ha generado pugnas internas y cuestionamientos sobre el rumbo de la institución.
En paralelo, la SBS ha solicitado a la Derrama provisionar al 100% su inversión en Librerías Crisol, lo que implica una virtual pérdida del valor de la inversión realizada. Semana Económica también informó que varios hoteles se encuentran cerrados por remodelaciones que, en algunos casos, superan los tres años de duración, lo que ha generado críticas por el manejo operativo de estas unidades.
El proyecto legislativo que permitiría a los maestros retirar parte de sus fondos, similar a lo aprobado para las AFP, también preocupa a los directivos. Según declaró a Semana Económica el secretario general del sindicato de la Derrama, Gabriel Salazar, una medida así "afectaría la solvencia y estabilidad financiera" de la entidad.
Así, mientras que Vexler y otros defensores argumentan que la Derrama es una institución exitosa y necesaria para el bienestar del magisterio, desde el Congreso y algunos sectores del profesorado se exigen mayores niveles de fiscalización, transparencia y democratización de su gestión. En este contexto, la discusión sobre el futuro de la Derrama Magisterial se ha convertido en un nuevo eje de confrontación entre visiones políticas, intereses gremiales y el derecho de los docentes a una administración clara y eficiente de sus aportes.
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