
Desde tempranas horas, delegaciones de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y agrupaciones civiles desfilaron ante el estrado oficial. Entre ellas, la participación de los representantes de Moyobamba destacó por su carga simbólica, su música envolvente y su expresión colectiva de identidad amazónica.
Una tradición que trasciende generaciones
La Pandilla Moyobambina fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación en 2018. Su historia se remonta a la época colonial, y su vigencia se ha mantenido gracias a la transmisión intergeneracional. Este 2025, en el corazón de Lima, más de 100 parejas de danzantes, músicos, gestores culturales y autoridades locales dieron vida a la emblemática danza que forma parte de la Semana Turística de Moyobamba.La comitiva partió el 22 de julio desde la capital sanmartinense y fue despedida por vecinos y familiares en una emotiva ceremonia en el frontis de la Municipalidad Provincial. El desfile en Lima fue acompañado por una banda profesional de 50 músicos, dirigida por el docente responsable de la banda del centenario colegio Serafín Filomeno.
Color, música y mensaje
Durante la presentación en la Parada Militar, los danzantes exhibieron trajes coloridos y pañuelos blanco-rojo en honor a la patria. La coreografía, marcada por compases como la marinera selvática, chimaichi y pandilla, fue ejecutada con precisión y alegría, evidenciando un profundo sentido de pertenencia.
El momento de mayor visibilidad llegó cuando la presidenta Boluarte se dejó llevar por la música y replicó algunos pasos de la danza. A su lado, el ministro de Defensa, Walter Astudillo, reaccionó entre risas, en un episodio que no pasó desapercibido por los asistentes ni por las cámaras.
Más allá de un baile
Para Cruz, uno de los promotores culturales presentes, esta aparición en la parada marca un punto de inflexión en la proyección nacional de la cultura amazónica. "Sentir la música de tu ciudad y rendir tributo a Moyobamba en sus 485 años fue algo que me conmovió profundamente", señaló.A pesar del entusiasmo, también hubo espacio para una reflexión crítica: "No basta con mostrar identidad una vez al año. Las autoridades deben actuar con visión. La Amazonía no puede seguir relegada a lo folclórico", apuntó Cruz.
Una fiesta con proyección nacional
El desfile no solo fue una muestra de fuerza militar, sino también de diversidad cultural. La participación de la Pandilla Moyobambina se inscribe en un esfuerzo por dar visibilidad a expresiones regionales que muchas veces no encuentran espacio en los escenarios centrales del país.Con esta aparición en Lima, la danza amazónica refuerza su condición de símbolo vivo de tradición, resistencia y alegría colectiva. La selva no solo estuvo presente, sino que dejó huella.
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